Macedo es una ventana al olvido,
abandono y la desidia.
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Se accede por caminos de tierra poco transitados, no reconocidos por un GPS actualizado.
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El paisaje más repetido son los campos fértiles
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Adivinando el rumbo, continuamos por un camino
orientados sólo por una referencia en un mapa
de caminos rurales.
Cuando llegamos nos sorprendió encontrar apenas
unas pocas construcciones (estación, escuela, puesto policial, capilla en construcción y un taller mecánico, resabio de mejores tiempos)
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Al rato iniciamos la búsqueda del camino de retorno
hacia Madariaga, afortunadamente pasaron 3 vehículos
en sentido contrario que consideramos signo indirecto de
población estable.
Respiramos más tranquilos cuando el GPS dio señales de vida.
Después de una sabrosa y voluminosa milanesa napolitana con fritas en el comedero de la abuela,
nos deleitamos con un riquísimo café en la esquina (Sarmiento y Avellaneda), en un reconocido Pub.
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Hermosa experiencia, una simple y verdadera
Excursión al Olvido
